¿Qué tratamos en terapia?
¿Qué técnicas utilizamos?
Terapia Cognitivo - Conductual
La Terapia Cognitivo-Conductual es una forma de psicoterapia que te ayuda a entender y cambiar lo que piensas y cómo actúas para sentirte mejor. Es como aprender a resolver los nudos que a veces se forman en nuestra mente, pero con ayuda y herramientas prácticas. Lo mejor de la TCC es que se enfoca en el presente, en lo que estás viviendo ahora mismo. En lugar de quedarnos atrapados en el "¿por qué me pasa esto?", buscamos juntos maneras de avanzar, paso a paso, hacia lo que necesitas. Es una terapia clara, con objetivos concretos, y suele durar un tiempo limitado, así que puedes empezar a notar cambios en tu vida más rápido de lo que imaginas. Es especialmente útil para tratar cosas como la ansiedad, el estrés, los pensamientos obsesivos o el miedo que te paraliza. La TCC está respaldada por muchas investigaciones, lo que significa que funciona y lo hace de forma real. Si sientes que necesitas un cambio, esta puede ser una gran opción para empezar.
Terapia Emocional - Sistémica
La Terapia Emocional-Sistémica es como mirar las piezas de un puzzle: no solo nos enfocamos en una parte, sino en cómo encajan todas juntas. Se trata de entender cómo las relaciones que tienes con los demás (familia, pareja, amigos o incluso grupos) influyen en lo que sientes y en cómo te comportas. En lugar de buscar una única razón para lo que te está pasando, trabajamos con los patrones y dinámicas que surgen en esas relaciones. A veces, incluso invitamos a otros miembros importantes de tu vida a participar en las sesiones, ya sea directa o indirectamente, para que juntos podamos encontrar formas de mejorar la conexión y el equilibrio emocional. Este enfoque te ayuda a entender mejor los retos que enfrentas y a generar cambios positivos que beneficien tanto a ti como a quienes te rodean. Porque, al final, cuando nuestras relaciones fluyen mejor, nuestro bienestar también lo hace.
EMDR
El EMDR es una técnica poderosa que ayuda a sanar las heridas emocionales que a veces nos acompañan y nos dificultan avanzar. Es como deshacer esos "nudos" que llevamos dentro y que afectan cómo nos sentimos y actuamos en el día a día. Se utiliza para tratar muchas cosas, como el estrés, las fobias, la ansiedad, los ataques de pánico o los duelos. Lo especial del EMDR es que combina movimientos oculares o sonidos bilaterales para activar ambos hemisferios del cerebro. Esto permite que las emociones intensas asociadas a ciertos recuerdos se integren mejor con lo que pensamos, logrando que duelan menos y dejen de condicionarnos tanto. No se trata de borrar lo que pasó, sino de quitarle ese peso emocional que aún te afecta. La idea es desensibilizar, para que el recuerdo deje de ser tan perturbador, y reprocesar, para que puedas verlo de una forma más adaptativa, sin que controle tu vida diaria.
Hipnosis Clínica
La hipnosis clínica es como un momento de pausa profunda, donde puedes relajarte por completo y concentrarte en lo que necesitas. Con la ayuda de tu terapeuta, tu mente se enfoca de forma especial en recuerdos, sensaciones o pensamientos importantes para ti. Es normal pensar en la hipnosis como algo de "control mental", pero no es para nada así. Durante todo el proceso, eres tú quien tiene el control. El terapeuta solo te acompaña y guía para que accedas a un estado de calma y concentración donde es más fácil trabajar en lo que te preocupa. En este espacio, puedes soltar tensiones, explorar emociones y entenderlas mejor. La hipnosis puede ayudarte con muchas cosas: reducir la ansiedad y el estrés, manejar el dolor, resolver traumas, trabajar problemas emocionales o incluso dar ese paso que necesitas para cambios positivos en tu vida.
Relajación
La relajación es como darle un respiro a tu cuerpo y a tu mente . Etimológicamente, viene del latín relaxatio, que significa "aflojar, soltar y liberar". Y es exactamente eso: un momento para soltar tensiones y preocupaciones que se acumulan sin que a veces nos demos cuenta. Cuando te relajas, tu cuerpo y mente trabajan juntos para encontrar calma. Tu corazón late más despacio, tu respiración se acompasa y tu cuerpo recupera ese equilibrio que tanto necesita. Además, la relajación no solo alivia dolores físicos, como los de cabeza, sino que también ayuda a conciliar el sueño y a salir de esos pensamientos repetitivos que te agotan. La clave está en enfocarte en el presente, en cómo se siente tu cuerpo ahora mismo, dejando a un lado todo lo demás. Y no hay una única forma de hacerlo: existen muchas técnicas y cada persona puede encontrar la que mejor se adapte a ella.
Visualización Guiada
La visualización guiada es como cerrar los ojos y viajar a un lugar donde todo se siente bien. Usando tu imaginación y tus cinco sentidos (vista, olfato, tacto, gusto y audición), puedes recrear un espacio que te dé calma, seguridad o inspiración. No importa si es un recuerdo real, algo que deseas para el futuro o un lugar inventado, lo importante es cómo te hace sentir. Esta técnica se utiliza para abordar muchas situaciones: ansiedad, estrés, fobias, depresión, incluso inseguridad o baja autoestima. ¿Por qué funciona? Porque nuestra mente es poderosa. Al imaginar algo con detalle, nuestro cuerpo y emociones pueden reaccionar como si realmente estuviera pasando. Por ejemplo, visualizarte superando un miedo, enfrentando un desafío o simplemente descansando en tu lugar favorito puede ayudarte a liberar tensiones, procesar emociones difíciles o fortalecer tu confianza. Y lo mejor es que puedes hacerlo en cualquier momento, solo necesitas un momento de calma y disposición para intentarlo.
¿Cómo es un proceso de terapia psicológica?
Nos conocemos y te escuchamos
En la primera sesión, lo más importante es que nos conozcamos. Queremos entender qué te preocupa y cómo te sientes. Este es tu espacio, donde nos escuchamos con atención y sin prisas..
Ponemos en claro tus metas
Juntos vamos a pensar en qué te gustaría conseguir con la terapia. Estableceremos objetivos realistas y alcanzables, siempre pensando en lo que realmente necesitas.
Exploramos lo que hay detrás
Aquí comenzamos a profundizar en tus pensamientos y emociones. Vamos a ver qué patrones o creencias están afectando tu día a día, para que puedas entenderlos y empezar a cambiarlos.
Te damos recursos prácticos
En cada sesión, aprenderás estrategias concretas que puedes aplicar en tu vida diaria: cómo manejar el estrés, cambiar pensamientos negativos o mejorar tu comunicación. Lo que te ayude a sentirte mejor.
Ponemos en práctica lo aprendido
La verdadera magia está en lo que aplicas entre sesión y sesión. Aquí es donde todo lo que hablamos cobra vida, y si alguna vez te sientes perdido/a, estamos aquí para guiarte.
Revisamos tu progreso
Vamos a ir viendo juntos si lo que estás haciendo te está ayudando. Si es necesario, ajustamos el plan. Tu progreso es lo más importante, y siempre estamos aquí para apoyarte..
Cerramos cuando tú decidas
Cuando sientas que has alcanzado tus metas o te sientas lo suficientemente fortalecido/a, podemos hacer un cierre gradual de la terapia. Lo importante es que te vayas sintiendo más seguro/a y con las herramientas que necesitas.
Seguimiento si lo necesitas
Si después de terminar sientes que te gustaría hacer un seguimiento o retomar sesiones, no dudes en pedirlo. Siempre estaremos aquí para acompañarte cuando lo necesites.